Qué es el «burnout» y cómo identificar si estás quemada.
CÓMO PUEDES SABER SI ESTÁS AL BORDE DEL BURNOUT Y CÓMO PONERLE REMEDIO
Hoy os queremos hablar de un tema complicado y del que se habla muy poco: EL BURNOUT y de cómo puedes identificar si estás quemada, y más en concreto lo que nosotras llamamos el AUTO-BURNOUT.
Pero antes de empezar déjame que te pregunte algunas cosas (y ojalá me contestes que no):
- ¿Sientes que tu mente va más lenta de lo normal?
- ¿Se te hacen una montaña incluso los planes que antes te volvían loca?
- ¿Te levantas más cansada de lo que te acostaste?
- ¿Estás que saltas a la mínima?
- ¿Sientes que eres menos eficaz cada día que pasa?
Si te he hecho estás preguntas es porque éstas son las cosas que puedes estar sintiendo si estás pasando por el Burnout.
Pero, ¿Qué es el burnout y cómo identificarlo?
Según la OMS el ‘burnout’ o síndrome del trabajador quemado se refiere a un estado de agotamiento emocional, físico y mental grave en el que la persona se derrumba a causa del cansancio psíquico o del estrés que surge de la interacción social y ante una rutina laboral.
Si lo has pasado, o lo estás pasando, ya sabrás que no es nada agradable sentir que “no puedes con tu alma” y que todo lo que has construido poco a poco va perdiendo su sentido. Que se te hace un montaña seguir haciendo lo que hasta ahora te gustaba y te motivaba tanto.
Sentirse así es doloroso pero debo decirte que (y yo lo he pasado dos veces en mi vida, una cuando trabajaba en una multinacional y otra al año y medio de lanzar Planifica y Vencerás) esa sensación de vacío duele mucho más cuando te das cuenta que lo que te está pasando te lo estás haciendo tu misma.
Si tienes aún dudas de si lo que estás sintiendo es Burnout déjame que te liste los síntomas más frecuentes:
- Falta de motivación, malhumor, irritabilidad…
- Desgaste físico, dolores de cabeza, dolores musculares y contracturas…
- Agotamiento e insomnio…
- Falta de eficacia profesional…
- Distanciamiento mental, desconexión emocional…
- Palpitaciones, taquicardia, pinchazos en el pecho…
Según Jacky Francis Walker psicoterapeuta en Londres especializada en burnout «Alguien a punto de sufrirlo probablemente comenzará a sentirse emocionalmente adormecido o mentalmente distante como si no tuvieran la capacidad de involucrarse tanto en las cosas comunes de la vida».
¿Te has sentido o te sientes así?
En la vida de las emprendedoras es muy común llevarnos al límite del cansancio hasta sentirnos agotadas y exhaustas. Pero que sea común no quiere decir que sea, o deba, ser normal y, mucho menos, que lo aceptemos Todo lo contrario debemos reaccionar y dejar de normalizar algo que nos hace enfermar y sufrir.
Vamos a analizar un poco más como nos hace sentir el burnout.
SIENTES QUE TU TIEMPO NO ES RENTABLE PORQUE LO DEDICAS A TAREAS QUE NO GENERAN BENEFICIO DIRECTO.
Cuando estamos emprendiendo (sobre todo en las fases iniciales de emprendimiento) es muy normal que tengamos que hacer muchas más cosas de las que quisiéramos y en realidad más de las que física y mentalmente serían recomendables. Como te digo esto es habitual y “no pasa nada hasta que pasa” y empiezas a sentir que tu tiempo no es rentable porque lo dedicas a tareas que no generan beneficio directo. Esto te lleva a agobiarte y por consiguiente te pones más y más presión. Sientes que tienes que hacer mucho más. Que nunca es suficiente. Siempre es más, un poquito más. Empiezas a perder el foco, la energía no fluye y la calidad de tu trabajo se resiente.
PODEMOS ESTAR CANSADAS PERO NO TENER AGOTAMIENTO O FATIGA CRÓNICA (FÍSICA Y MENTALMENTE)
Quizás duermas o quizás aparezca el insomnio pero sea como sea por la mañana te levantas agotada y con la cabeza embotellada. El frescor, las ganas y la lucidez han desaparecido de tu día a día y empiezas a contar las horas para poder descansar un rato o intentar dormir, aunque luego “descanses” con culpa.
Es muy posible que tires de estimulantes para que te ayuden a llegar donde tu cuerpo no llega solo: cafés, té, bebidas con cafeína y sobredosis de azúcar pasan a ser tus aliados.
Las tareas que generalmente disfrutabas y que te encantaban hacer de golpe se han convertido en una lista interminable de to do’s que no se acaba nunca. Sube el peso que sientes por todo lo que tú crees que tienes que hacer y empiezas a sentir que te abruma el estrés. Los niveles de cortisol en sangre suben y te hacen sentir aún más cansada y dispersa (si te hicieras un test verías que está por las nubes).
A TODOS LOS DEMÁS LE VA MUCHO MEJOR QUE A TI, MEJOR DEJARLO
La caída es tan grande que empiezas a dudar de si tanto esfuerzo tiene sentido. Analizas a la competencia, observas sus éxitos. Esos éxitos se sienten como fracasos propios. Y poco a poco, empiezas a sentirte más pequeñita y con menos ganas de intentarlo porque ¿para qué? Si no llegas donde tú quieres llegar de ninguna manera.
Empiezas a anhelar una vida más tranquila y segura. Qué maravilloso sería trabajar en una librería por cuenta ajena, llegué a pensar yo en alguna ocasión.
Una vida pausada, rodeada de libros y con un sueldo estable a final de mes me empezó a parecer una panacea.
Si tú también tienes la tentación de tirar la toalla e ir en busca de una vida que ahora mismo piensas que alejaría el estrés de tu día a día, déjame que te de un consejo. No lo hagas hasta que estés bien, o como mínimo un poco mejor y puedas pensar con claridad. Decisiones de ese calibre no las tomes nunca en días malos porque lo más probable es que te arrepientas. No pasa nada por tirar la toalla, ni por admitir que esta etapa ha llegado al final para ti pero asegúrate que lo haces desde la calma y el convencimiento y no desde el agotamiento extremo.
ÉSTA NO ES MI VIDA SOÑADA, TRABAJO PARA VIVIR
Sientes que tu negocio se está apoderando de tu vida en lugar de mejorarla. Y que esto no se debe a un momento puntual de mucho trabajo sino que es la norma.
Nadie puede llevar una vida a 1000 revoluciones por segundo y pensar que no le va a pasar factura. Te la pasará sí o sí, y puede que ni así seas capaz de darte cuenta.
Yo misma tuve tantos avisos que ahora no entiendo como no lo supe ver. Me puse de parto antes de término de mi segunda hija, si te soy sincera tengo muy pocos recuerdos de los primeros meses de Greta porque mi foco estaba en otro sitio (no puedo evitar llorar cada vez que lo pienso). Al final vives para trabajar y dejas de trabajar para vivir, hasta que un día ya no puedes más, ese día te das cuenta de que: Has perdido el control de tu vida.
NO EXISTEN LOS LÍMITES Y DECIR «NO» TE DA PAVOR.
Yo llegué a dormir con mi portátil, me llevaba el trabajo a la cama y me dormía tecleando, tenía activadas todas las notificaciones porque llegué a pensar que no contestar de manera inmediata un mail era dar un mal servicio y podía perder el cliente que tanto me había costado ganar. Me creí la mentira de que hay que estar disponible el 100% del tiempo para tener éxito en tu negocio. Fulminé todos los límites y los “no” los reservé solo para mi vida privada.
Nos hemos creído que estar todas las horas del día conectados, disponibles y ocupados nos hace ganar estatus, dinero o elogios a largo plazo. Esta es una de las creencias erróneas contra las que más he tenido que luchar.
¿CÓMO LO SOLUCIONAMOS? ¿CÓMO SALIMOS DE UN AUTO BURNOUT?
Lo primero que debes saber y creer es que de esto se sale. Yo he salido, Irma ha salido y tú saldrás.
Y lo realmente importante es que, si eres capaz de reconocer que has caído en un agujero y que quieres salir de él otra vida es posible. Así que, enhorabuena ¡has dado el primer paso para dejar esta “mierda” atrás!
Ahora solo necesitas un poco de ayuda, búscala si sientes que sola no puedes salir y no dudes. Pedir ayuda es lo mejor que puedes hacer por ti, por tu negocio y por tu vida. Te lo aseguro.
Y por último quiero compartir contigo algunos de los aprendizajes que, tanto yo, como Irma, hemos sacado de este proceso:
- Muchas de las creencias que tenemos sobre qué es el éxito no funcionan y realmente no están alineadas con la vida que tú quieres crear para ti o el mundo en el que quieres vivir. Así que no temas cuestionarlas y volver a construirlas sobre aquellos pilares que realmente sí te aporten y te sumen.
- La planificación es la herramienta que necesitas para no volver a caer en ese agujero. Aprender realmente a planificar tu vida, te ayuda a poner el foco en lo realmente importante y a poner límites para no volver a caer en errores pasados. Te dejo aquí un post anterior con tips para sacar el máximo rendimiento a tu planificación, por si te puede ayudar.
- Aprovecha esta oportunidad para asentar tus valores y definir qué vida quieres tener, cuales son tus objetivos y volver a ilusionarte con ellos. Te mereces la vida que quieres, no lo dudes. Quizás no sigue los estándares que nos han enseñado, no pasa nada. Recuerda que es tu vida y debes construirla a tu manera porque esa es la única que realmente valdrá la pena vivir y funcionará para ti.
Espero que este post te pueda ayudar y que de visibilidad a un problema real que vivimos muchas emprendedoras.
Nos encantará saber de ti y que compartas tu proceso, si te apetece.
Un saludo,
Miriam