Crea una marca y no un negocio
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Por qué necesitas crear una marca y no sólo un negocio
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Hoy quiero hablarte sobre algo en lo que llevo años trabajando, y si alguien aquí me conoce de antes de la existencia de Planifica y Vencerás sabrá que soy experta en Branding y Estrategia de Marca y que me he pasado mucho años dedicandome de pleno a ayudar tanto a emprendedoras como a empresas a crear y construir (que no es lo mismo) marca pensadas para conectar y perdurar en el tiempo.
Por eso hoy quiero compartir muchos de los aprendizajes de más de 15 años de carrera en este mundo. Cosas que estoy convencida de que son de mucho valor y que hemos aplicado con Miriam desde el primer momento, cosas que estoy convencida nos han propulsado mucho más rápido de lo que nunca habríamos imaginado.
Voy a hablar sobre todos los motivos por los cuales te has de enfocar en crear y construir una marca y no simplemente un negocio que “vende cosas”.
¿Por qué muchos negocios no consiguen resultados con su comunicación hoy?
Veo a muchas emprendedoras luchar cada día y acabar agotadas tras ver que todos sus esfuerzos no funcionan. Y las oigo alto y claro. Oigo un montón de comentarios últimamente sobre como lo que hasta ahora funcionaba ya no funciona, instagram, facebook, youtube, ponle tú el nombre que quieras, ya no funcionan como antes y no están dando resultados las acciones que hasta ahora parecía que movían la aguja.
¿Qué es lo que no funciona?
Entonces, cuando intento profundizar e investigar cuál es la razón de todo esto me hago una serie de preguntas cómo:
- ¿Está evolucionando tanto y tan rápido todo esto de las redes sociales que nos es realmente imposible estar al día de cómo funcionan?
- ¿Será que fallamos a la hora de pensar y redactar nuestros mensajes de marketing?
- ¿Será que realmente cuesta mucho, para la emprendedora de hoy, tener un plan de acción que le sea fácil de seguir y esté verdaderamente bien estructurado?
- ¿O quizá es que no sabemos vendernos?
La verdad, no creo que sean estas las cosas que realmente están haciendo que los esfuerzos de estas emprendedoras, tus esfuerzos, no funcionen en el largo recorrido.
Cuanto más lo pienso, más cuenta me doy de que lo que está fallando es que, en general, la gente no trabaja y no profundiza en la estrategia de marca.
Estamos demasiado ocupadas construyendo y levantando negocios y nos olvidamos de crear y construir algo que va mucho más allá de lo que vendes.
Tu marca.
He pasado años trabajando como diseñadora gráfica sin tener una estrategia o plan de ningún tipo. Y otros tantos años sin tener una comunicación activa de manera regular, ni siquiera una base de datos con una newsletter bien trabajada y nunca, y digo nunca he dejado de tener clientes.
Hoy, mirando atrás puedo decir con bastante seguridad que eso tiene que ver con que no me centré en tener una super identidad visual: un super logo o una imagen visual super rompedora.
¿Invertir más en estrategia que en diseño?
Aunque no sabía muy por qué, esa parte dejó de interesarme pronto. Me aburría, yo iba más allá. Iba al mensaje, a conectarme con mi porqué.
Con todo esto, y sabiendo, que a nivel visual mi marca no era nada espectacular (a mi criterio) cada año que pasaba yo era capaz de trabajar con más y mejores de los clientes que más me gustan, en mi caso, emprendedoras detrás de marcas con propósito.
Y aquí hay una primera pista de lo que quiero desvelarte hoy.
Verás, como te contaba, ya hace bastante tiempo atrás, que me di cuenta que sólo con un buen diseño gráfico, una buena imagen, no llegaba a ningún lugar.
Y no me malinterpretes, con una mala imagen de marca no vas a ningún sitio.
Yo siempre cuidé mi identidad visual, y hay unos básicos que obviamente has de cumplir. Pero a mi me pareció que había mucho más y que ese “más” era todavía más importante que el resto.
Cada vez había más y mejores diseñadores, la competencia subía como la espuma, y, llegó un punto en que, siendo honesta, un logo bonito, incluso uno bueno, podía diseñarlo en cuestión de minutos.
Pim-pam. Trabajo hecho.
Pero, como te decía, yo ya veía que la grandeza del branding no consiste en eso. Si no en la estrategia que hay detrás. Y aún más profundo e interesante, en la historia, los valores y el propósito que había detrás de la marca que quería crear.
Y créeme cuando te digo que nadie me explicó todo esto en la universidad.
Pero lo sentía cada vez más claro. Más fuerte. Más visceral.
Me quemaba ver cómo mujeres con ideas y proyectos súper interesantes, y con propósitos increíbles, se quedaban a medio camino.
¿Qué marca la diferencia entre una marca y el logo de un negocio?
Me di cuenta que sólo las personas, en mi caso, las mujeres que tenían en mente crear algo que iba más allá de un producto o servicio, tenían la capacidad de construir una marca que fuera más grande que ellas mismas.
Una marca con una misión transversal, donde los productos o servicios son un medio para cumplir esa misión, su por qué, su propósito vital y con ello ser capaces de alcanzar la visión que tenían para ellas y el mundo sobre el que podían impactar.
Pero aún así, vivían en una lucha constante para salir adelante. Dudando de si mismas. Cuestionandose continuamente, y consiguiendo a duras penas la facturación que necesitaban para tirar adelante.
Por eso, hubo un punto en que dejé de vender mis servicios como “un estudio de diseño” y pasé a ofrecer “servicios de estrategia y branding”, pero, además, lo hice específicamente targetando a marcas con propósito, con un propósito claro: dejar un impacto positivo en el mundo. Marcas con una misión y una visión del futuro, de esas que emociona y ponen la piel de gallina.
Y tras años de trabajo, ya era super palpable que sólo las emprendedoras que eran capaces de conectarse con esto eran las que conseguían prosperar y construir un negocio sólido.
Cuando decidí hacer ese cambio, y ser más estratégica y ofrecer servicios de Brand Coaching para poder trabajar en esta parte tan intangible pero tan importante de una marca, seguía viendo como constantemente emprendedoras y emprendedores tomaban su pasión o sus talentos y con muchas ganas y mucha energía ponían en marcha negocios sin este activo tan importante y al cabo de unos meses todo se venía abajo como un castillo de naipes. Como un suflé.
Y lo sigo viendo hoy. De ahí el por qué de este episodio.
Básicamente porque una y otra vez, se centran en construir un negocio pero no una marca. Y lo único que hacen es pasarse el día como una especie de anuncio andante, hablando sin parar de sus productos o servicios, como un disco rayado.
Y a la vez, volviéndose locas (como cada vez pasa más pasa hoy) intentado seguir todas las tendencias y estar en todos los canales, probar todas las nuevas cosas, meterse en grupos de facebook en los que en realidad no quieren estar, y en resumen, haciéndose la vida muy complicada cuando en realidad es mucho más sencillo.
Te repito, que llevo años, no sólo en el mundo del branding y la comunicación si no también como emprendedora y sé de qué te hablo. Yo también estuve allí. Yo también he hecho todas esas cosas. Yo también me he hinchado y deshinchado como un suflé. No una, sino muchas veces.
Lo que funciona es crear una marca transversal, no un negocio centrado en vender
Pero, ahora que no solo yo lo he recorrido si no que llevo muchos años ayudando a otras mujeres emprendedoras a construir verdaderas marcas, ahora que llevo años no sólo haciendo este trabajo si no también enseñándolo a los futuros diseñadores en universidades, puedo decirte que si mi negocio sigue en pie hoy es porque nunca me centré en el logo, ni en los colores ni en la tipografía como fuente principal de conexión con mis potenciales clientes si no que me centré en otorgarle una personalidad.
En crear, tanto para mi, como para todas mis clientas, marcas con personalidad.
Por eso, el ebook sobre branding que ofrecemos en Planifica y Vencerás, así como la última Masterclass que hemos grabado, se llama: OPERACIÓN MARCA CON PERSONALIDAD.
Por que el mundo está lleno de negocios, con logos, mejores o peores, más llamativos o rompedores, de más de tendencia o más atemporales pero faltan marcas reales. REALES Y CON UNA PERSONALIDAD AUTÉNTICA.
Un negocio sin más no genera ninguna conexión emocional CON NADIE. Una marca representa una personalidad, una manera de hacer las cosas. Tiene un propósito y se lo sabe comunicar al mundo.
Una marca puede ser eterna.
Un negocio, un producto o servicio puede morir en cualquier momento. Y más en el mundo en el que vivimos hoy, donde las cosas cambian a la velocidad de la luz, las necesidades de los consumidores y su manera de consumir, incluso de relacionarse entre sí y con las marcas cambian a la velocidad de la luz.
Sin embargo, una marca que es capaz de ir más allá es flexible, expansiva y puede pivotar. Y hay amiga, tener esta capacidad es un superpoder.
Toma esto de la mano de la que te habla hoy, que entró en el mundo laboral como interiorista, en paralelo se formó como diseñadora gráfica y cuando vió que eso también se quedaba pequeño se metió de cabeza en el mundo de la estrategia sin dejar, en ningún momento de tener clientes y de crecer, tanto a nivel de negocio como a nivel personal. Transitando de una pantalla a la siguiente de manera fluida y sin dramas.
Y no te engaño si te digo que tengo hoy clientes que me conocieron a través de un proyecto de interiorismo, que me han contratado después para trabajar para ellos en el branding de su empresa, hemos realizado colaboraciones posteriores respecto a su estrategia y aún hoy me llaman para consultarme diferentes cosas sobre estrategia de marketing y comunicación después de habernos contrada para crear un plan de acción en Planifica y vencerás.
Me siguen llamando, porque yo soy mi marca. Una marca personal, una manera de hacer las cosas, de funcionar. A quien le gusta trabajar conmigo, le da igual lo que yo haga, si tienen la oportunidad de hacerlo, me llama. No le importa si ya no ofrezco servicios de interiorismo, o si ya no diseño webs.
Quieren mi visión, mi dirección, mi asesoramiento.
Sé que es complejo, pero un negocio es simplemente una organización que saca al mercado un producto, un servicio o una “oportunidad”, como se dice muchas veces. Osea que es una especie de “ente” que te ofrece algo. Pero no es una marca con calidad humana con la que nos podemos entender.
Una marca, por otro lado, es la personalidad, el conjunto de cualidades humanas que se aplican a ese negocio, a ese producto a esa oferta, y que nos hace conectar con lo que nos ofrece. Simplemente porque los humanos conectamos con humanos, conectamos con la personalidad y el carisma, con las motivaciones y la visión que otros u otras tienen.
Nos vemos reflejados en esas cualidades, es entonces que se nos hacen cercanas y amigables. Es pura química.
Vamos a desgranarlo juntas.
¿Por qué las marcas con presupuesto invierten millones en embajadores?
¿Por qué crees que las grandes marcas (que son grandes negocios) se dejan tanta pasta en contratar personajes públicos: actrices, deportistas, presentadores de televisión, cantantes, para representar a su marca?
Porque son ellos los que imprimen las cualidades de su marca personal sobre ese ente frío, distante y ambiguo que sería la marca sin ellos.
Esas marcas saben que no pueden pretender salir a vender sus productos o servicios sin más y esperar grandes resultados.
Las marcas con una personalidad arrebatadora, aquella que podemos identificar claramente, que sabemos etiquetar, es decir a la que le podemos atribuir unos valores y atributos claros, son las que nos atrapan, las que nos enamoran.
Una marca es lo que hace realmente atractiva una oferta, un producto o un servicio, y su personalidad es la que la diferencia de la competencia, la que la hace destacar a los ojos de sus clientes potenciales.
Las verdaderas marcas, las marcas que se preocupan de construir todo esto de lo que te estoy hablando, son las marcas capaces de generar confianza. Y la confianza lo es todo en el mercado actual. Estamos hablando de un mercado hipersaturado de opciones.
Lo que significa que si, como marca, no te atreves a identificarte con una personalidad concreta, pretendiendo gustar a todo el mundo, lo que vas a conseguir es pasar desapercibida, y generar conexiones reales y humanas, de confianza, te va a costar muchísimo más. Entre otras cosas porque los humanos pese a ser seres complejos, somos muy simples.
Si no lo sé identificar, si no lo sé etiquetar, no lo comprendo. Y si no lo comprendo, no conecto. Luego no confío.
Piénsalo un momento.
¿Tú confías en los desconocidos?
¿En personas que no sabes cómo son? ¿Personas que no sabes de qué palo van? O de qué pié cojean? A que no.
Por lo tanto, si operas solo desde el nivel en el que una vez te hiciste un logo chulo, pero tú solo te dedicas a compartir y promocionar tu oferta (sea lo que sea) una y otra vez, sin preocuparte por transmitir un mensaje más profundo, por compartir tus valores, tu propósito y sin animarte a comunicar y hacer partícipes a otras personas de tu visión para el futuro, será muy difícil que consigas crear conexiones genuinas.
Intentando disparar a todo y a todos, lo único que vas a conseguir es diluirte en la inmensidad de opciones que nos rodean a todas cada día.
Entiende que en realidad, a nadie le importa realmente tu producto o servicio. Ya no compramos cosas tan tangibles, tan evidentes. Los consumidores somos muy conscientes del poder que tienen nuestras decisiones de compra, no sólo a nivel de impacto en el mundo, si no a nivel personal.
Compramos por cómo nos hacen sentir las cosas que compramos. El nivel de consciencia ha subido muchísimo en los últimos 10 años.
Analiza cómo compras tú.
Compramos por cómo nos hacen sentir las marcas cuando interactuamos con ellas.
Por tanto, una marca con futuro es aquella capaz de generar emociones, de conectar a nivel intelectual, de establecer valores comunes. Y una marca así tiene futuro porque tiene una flexibilidad de pivotaje infinita.
Si los tiempos cambian, esta marca puede cambiar su oferta, crear nuevos productos, ofrecer nuevos servicios. Si tu perfil de consumidor cambia puedes cambiar con él o ella y ajustarte a sus nuevas necesidades.
Y si, Oh! magia! Si tú evolucionas, creces y pasas de pantalla, esa marca puede hacerlo contigo. Amiga, esto es muy importante.
Cuando la gente piensa en marca, inmediatamente piensa en un logo, en unos colores, en un conjunto de tipografías, en una web, y sí, todo eso forma parte de tu branding, y ha de estar absolutamente alineado contigo, tu mensaje y tu personalidad, pero si no tienes estas dos últimas cosas (mensaje y personalidad) no estás creando una marca. Sólo tienes un negocio con un bonito logo (que además, lo más seguro es que en 2-3 años haya pasado de moda).
Así que yo te invito a que pienses en el branding como un activo de valor para tu negocio y que pases a trabajarlo desde esta nueva perspectiva mucho más estratégica y flexible. Mucho más potente y perdurable.
Trata de entender cómo puedes tú impregnar a tu marca de esa personalidad arrebatadora, concreta y super carismática, que te va a hacer única y que te va a proteger del paso del tiempo, de los cambios del mercado y de tu propia evolución, que va a evolucionar contigo y que estará a prueba de algoritmos que amenazan tu engagement alcance y visibilidad.
Necesitas enfocarte en crear una marca con personalidad y no en crear simplemente un negocio.
Y cuanto más concisa, concreta y fácil de etiquetar sea, es decir, cuanto más pensaba esté para atraer a un perfil de cliente determinado, con una serie de atributos determinados que van más allá de su edad, nivel económico y demografía, más fácil te será generar esas conexiones humanas y reales.
Olvídate de intentar gustarle a todo el mundo. Es imposible, eso no lo consigue ni el chocolate, y además vas a acabar agotada, porque vas a estar cambiando de sombrero 300 veces al día, persiguiendo la idea de tener que complacer a todo el mundo. Así no.
De lo que te has de preocupar es de que las personas adecuadas te conozcan, de que lo hagan incluso antes de que la necesidad que cubres se despierte en ellos, porque quieres crear relaciones profundas y necesitas darte el tiempo para generar confianza antes de que te compren.
Por eso, has de ser capaz de crear un universo propio en el que no sólo expongas lo que ofreces, si no a través del cual compartas tu manera de ver el mundo. Un universo que aporte valor a la vida de esas personas aún cuando no te han llegado a comprar.
Quieres formar parte de su vida, de algún modo. Y no lo vas a conseguir si no eres capaz de generar una conexión, como te decía antes, humana y profunda.
Quieres estar en su mente de manera que te consideren una opción para su futuro pero también para que te consideren una opción para aquellas personas de su vida que quizá sí estén en el momento correcto para comprarte y estos te puedan recomendar. Y todo esto no lo vas a conseguir hablando sólo de lo que ofreces.
Y con esto, y para ir cerrando este post, quiero compartir la pregunta que para mi deja claro porqué necesitas crear y construir una marca y no un negocio.
Contéstame a esta pregunta sobre tu negocio.
Puedes estar segura, mirarme ahora mismo a los ojos y decirme, Irma:
“Estoy convencida que de aquí a 1 año voy a estar haciendo lo mismo, de la misma manera” “¿O de aquí 3 o 5?
Porque si eres lo más mínimamente parecida a mi y a Miriam, la respuesta más probable es no. Porque somos mujeres de acción y evolucionamos muy rápido. Y recuerda, la gran diferencia es que una marca puede pivotar con facilidad y no perder a sus clientes. Y puede hacerlo una y mil veces.
Así que define una misión para ti y tu marca y compártela. Tener una visión es lo que hace a tu marca humana.
Crea y construye una personalidad clara para tu marca, y deja de estar haciendo presión sobre tu producto o servicio y háblame, háblale al mundo sobre el valor que eres capaz de aportar.
Explícame cómo vas a cambiar mi vida. Qué impacto generas con tus productos o servicios en el mundo. Por qué mereces ser comprada. Por qué mereces existir como marca.
Defínete. Toma decisiones, céntrate en encontrar un valor diferencial potente y ocúpate de transmitir todo eso a través de tu comunicación y de todos tus activos: los tangibles y los intangibles.
No te quedes en un logo. La realidad es que, y siento decirlo así:
Tu logo no le importa a nadie.
Esta es mi conclusión más contundente después de haberme pasado años detrás de la pantalla diseñando logos.
Y para cerrar, tú que me estás escuchando ahora: ¿Puedes decirme cómo es el logo de Planifica y Vencerás?
Irma 💙
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